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Enseñar es una suerte......

"Enseñar  es  una  suerte  y  un  privilegio  inestimable,  una  relación recíproca que te permite la posibilidad de transmitir  a  los  alumnos tus conocimientos y tu experiencia, a la vez que se aprende de ellos constantemente"

 Diego Simancas

19 de Marzo del 2.014


La pintura algo mental.......

Cuando no se usan modelos, es la mente quien va esculpiendo el cuadro, al mismo tiempo que la mano lo traza de forma refleja e inconsciente.

 

La mente es tan rica y tiene tal cantidad de soluciones y matices, que aún repitiendo tema, composición y formas siempre sale una obra diferente.

 

Claro está, para poder plasmar lo que la mente proyecta sobre la mano del artista, es imprescindible un trabajo previo de gran intensidad, variedad y constancia, donde el pintor ha llegado a prescindir del modelo como solución de luces y formas y solo la mente es la creadora de realidades imposibles.

 

Diego Simancas

25 de Mayo del 2.004

 


Hasta que un cuadro funciona.......

Comienza con una imagen, idea o vivencia almacenada en la cabeza, empiezas a darle vueltas, miras anteriores composiciones, estudias las obras de tus ídolos y maestros, y cuando más o menos ha cuajado te enfrentas al terrible lienzo en blanco. La nada ocupa todo el espacio, y tu idea es cada vez más pequeña, no encaja, es decir, hay que darle forma y componer.

 

Todo empieza mal, nada se ajusta a tu primera visión, y es una etapa de auténtico sufrimiento. Hay que tirar de todos los recursos y ser fuerte para no abandonar. Recurrir al oficio para resolver las desagradables visiones del medio hacer de una obra.

 

Pasada esta etapa, no con poco esfuerzo, llegas a la fase donde el cuadro empieza a funcionar. De repente todo sale bien, las cosas están en su sitio, las calidades aparecen como por arte de magia, tanto es así, que de un día para otro o de la mañana a la tarde, te preguntas ¿ Lo he hecho yo ?. Ya no puede fallar nada, el único enemigo que acecha es la vehemencia por terminar. Hay que vencer este último obstáculo y dejar que la pieza madure entre tus manos.

 

Llega un momento en el que hay que parar y firmas. Contemplas extasiado todo aquello. La satisfacción es tan indescriptible que no tiene parangón. Todo el sufrimiento está olvidado y ha merecido la pena. Pero es verdad, no existe el goce pleno, el destino de un cuadro es su venta, y vas a desprenderte de él.

 

Diego Simancas

25 de mayo de 1.999

 


Lucha interior.......

La copia de la realidad como simple manifestación de las concreciones externas hace tiempo que la Historia del Arte la ha puesto en tala de juicio.

 

El maestro Cezanne lo dejo escrito en una frase que resume toda esta dialéctica: “Debo seguir trabajando pero no para llegar al acabado de los cuadros que suscitan la admiración de los imbéciles”.

 

Un buen cuadro “realista” debe gozar de una figuración exultante y apartarse por completo de los virtuosismos y realidades epidérmicas destinados a la mera satisfacción de los simples.

 

Difícil tarea para un pintor, hasta hoy, de confesión, afición, corte y ejecución realista hacer una pintura que sin apartarse de la realidad refleje figuración y siga las enseñanzas de Cezanne.

 

Gran dilema cuando te gusta lo que ves, pero no es lo que quieres. Cuando el cuadro que estas pintando tiende hacia un realismo que pierde figuración, y en parte te gusta. Pero no......

 

Si el “oficio”, en el que creo, vence a la “visión de artista” malo, pero solo visión aún peor. De momento no le encuentro solución a este dilema, sera cuestión de seguir trabajando hasta alcanzar un equilibrio entre los dos.

 

Que fácil es pintar, pero que difícil hacerlo bien.

 

Diego Simancas

25 de mayo de 1.998

 


Yo creo en el oficio.......

Renoir, que precisamente no era manco, afirmaba que la pintura no es solo soñar despierto, es esencialmente una técnica manual, y se debe ser un buen artesano. Olvidamos con demasiada frecuencia que la pintura, además de un arte, es un oficio difícil de dominar.

 

En las últimas décadas las escuelas de arte han tachado el dibujo y las técnicas clásicas como irrelevantes, omitiéndolas en favor de la libertad de expresión, pero al privar a los estudiantes de conocimientos básicos como el dibujo y técnicas tradicionales en realidad están limitando la libertad real de expresar sus ideas. Es como poner a alguien sin conocimientos de música, por muy buen oído que posea, a componer una opera.

 

Por supuesto no doy por sentado que un buen conocedor del oficio sea equivalente a un buen artista, la pintura carece de sentido si le falta profundidad y sentimiento, es decir visión de artista. Junto a la destreza manual hay que desarrollar la capacidad de observación, que para la mayoría es lo más difícil. Pero un buen observador sin oficio está limitado, y por lo tanto coartada su libertad a la hora de plasmar lo que sus sentidos captan.

 

Para concluir pienso que la pintura, al igual que la música, literatura, danza o cualquier otro tipo de manifestación artística, consiste en combinar la visión personal con la capacidad técnica (oficio). Poesía y técnica son imprescindibles en cualquier obra de arte.

 

Diego Simancas

22 de enero de 1.998

 


Confieso que.......

Desde niño dibujar ha sido para mi una necesidad, lo hacia en los márgenes de los libros, en las libretas de apuntes y de vez en cuando en algún que otro examen. Recuerdo a mi padre diciendo “no ganamos para libretas”. Por cada hoja de trabajo había cinco de dibujos, dibujar me relajaba, transportándome a un mundo de sueños.

 

Cuando termine el ciclo de estudios, para ir a la universidad, quise estudiar Bellas Artes, no era un capricho atendiendo a las orientaciones que aparecen en mi libro de escolaridad al terminar C.O.U., dicen textualmente “Artísticas y Literarias”, en lo segundo estan confundidos, teniendo en cuenta que me expreso como un libro en blanco, pero lo primero venia refrendado por las matriculas de honor obtenidas en dibujo y artes plásticas durante todo el bachillerato.

 

La familia considero la pintura cosa de bohemios y termine estudiando peritaje industrial en electrónica. Y pasó el tiempo, terminaron los estudios y comenzó el trabajo, el matrimonio, los hijos y el poco tiempo para dibujar o pintar.

 

Fue en 1.987, aprovechando unas vacaciones de verano, y que aún el salón de nuestro piso estaba vacío, cuando surgió el primer “cuadro” o lo que fuera, lo titule “Contrastes” y me base en la obra del pintor extremeño Eduardo Naranjo titulada “Desnudo de viejo tras un cristal”. Vuelve el parón hasta 1.989, que de nuevo en varano, ya con el salón lleno, surgen cinco “obras” más. Y de nuevo al dique seco.

 

En invierno de 1.995, concretamente en diciembre, quizás harto de no estar harto de mi afición por la pintura comienzo a visitar el estudio de la paisajista extremeña Mª Rosa Palacios y transcurrido un mes, es decir en enero de 1.996, tomo la decisión con el apoyo de mi mujer y los consejos de Mª Rosa de pintar con más dedicación, continuidad y algo de profesionalidad.

 

Es en 1.996, seis meses después, cuando Mª Rosa Palacios me presenta a Ana Mª Franco, dueña de la galería de arte Christian Franco. De forma incondicional y por que no decirlo a cambio de nada, me brinda su galería, apoyo profesional, y lo más importante su amistad, motivo este último que juega un papel relevante en mi decisión a finales de 1.996 de dedicarme a la pintura profesionalmente, si por profesionalidad se entiende no compartir esta actividad con ninguna otra.

 

Y aquí estoy, pinto lo que me rodea, imagino o sueño, para ello me apoyo en la realidad. Admiro a muchos pintores, pero de una forma especial al maestro extremeño Eduardo Naranjo y su obra a partir de 1.970.

 

Diego Simancas

25 de mayo de 1.997

 


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